viernes, 15 de julio de 2011

Acerca de "Motor Psico"


Bueno, hoy me puse a pensar -y eso es ya bueno, excelente- en la letra de Motor Psico (Album Octubre, 1986) con la aficción de un sabueso resfriado. Mejor, como un gato con una bolsa de yerba gatera. Me recuerdo a mí mismo que en verdad estoy resfriado, pero no me importa eso ni el dolor de cabeza -¿estaré ojeado?- porque en estado lamentable es como mejor interpretamos cualquier cosa. Las clases de semiótica de la facu eran en el bar y siempre vino mediante.

Entonces empiezo por el título, “Motor Psico”. Si fuera “psico motor“ sería una cualidad, un adjetivo de algo más, como por ejemplo, el desarrollo psicomotor de los niños (a los tres meses deben poder agarrar algo, a los cuatro deben poder ir a buscar algo y agarrarlo, etc.). Si fuera Psico motor o psico motriz sería un adjetivo de algo más.

Pero está invertido asi que lo separo en términos. Motor me alude a movimiento, al generador de una acción. Psico talvez a psicología -si fuera Psycho me remitiría a Psicosis (años mas tarde a American Psycho, libro que recomiendo)- aquella parte del pensamiento, pero no pensado, no textual sino más bien a esa parte no textual de nuestra psiquis, esa pulsión movilizante, anímica, inconciente o no. El motor que me mueve está en mi psiquis, en mi sentir, en el desborde de mi interior hacia el mundo. Un motor anímico. Creo que talvez el cotexto del tema es el psicoanálisis, tal vez las drogas (voy a tratar de evitar este tema por recurrente).

“Siempre tengo a mi lado a mi dios (así me das más) un susurro muy especial...” , nunca salga sin el, diría una publicidad de tarjetas de crédito. Dios está a mi lado, bien...este..mmm...Una joooooda bárbaro el amigo, no? Bueno no se trata de Dios, así a lo grande con la nube y el triangulito en la cabeza, si no de otra cosa, es “mi” dios, el propio, el que me dicta sus mandamientos al oído (flor de super ego me mandé), digamos que es algo que me guía, me incita y me detiene. “Siempre tengo a mi lado a mi dios”, que me susurra cosas especiales, cosas que no se encuentran en cualquier lado. Voces en mi cabeza, cuchicheos que me empujan al mundo.

“Motor Psico: el mercado de todo amor”, si hay un mercado hay una relación económica de por medio, la cual se leva a cabo en él. “El mercado de todo amor” me sugiere que la mercancía puesta en juego es justamente el amor. En ese mercado que llamamos Motor Psico es donde el amor se convierte en un objeto de cambio, una moneda. Yo te amo y vos me amás, hay un intercambio de valores y ese intercambio se da en un determinado mercado. Todos participamos de ese mercado aunque no lo notemos, medimos nuestro poder adquisitivo en erotismo, en romanticismo, en desempeño sexual, en resistencia, en resignación, en constancia, en buena presencia,etc.

Y te pregunto “lo que debés cómo puedes quedártelo”, y me contesto yo solito que si hay una dimensión económica del amor también hay una relación política donde las personas no tienen todas el mismo poder. Yo te amo, pero vos podes no amarme o no amarme tanto, y con eso me tenés al pié, me dominás. Te quedás con el amor que te doy y no lo devolvés y aunque sí importa –a mi me importa ser querido- me quedo callado porque vos tenés la batuta, tenes el poder y yo soy un oprimido.

He sufrido, “Junto a la hemoglobina me fui y ya no sangro más” , me fui en sangre, se me pinchó el órgano predilecto del amor –el cuore, me corté las venas, sufrí mucho, bah, tendiste?- pero no sufro más, porque “De la nada a la gloria me voy (¡así me das más...!)”. Es decir que del sufrimiento surge una revaloración. De esa manera remite a la imagen del mártir, del que ha sufrido y por eso se eleva sobre los demás. Según Foucault en sus micropoderes, en la política de las relaciones ponemos en juego muchas tácticas y estrategias, muchas veces inconcientemente –la mayoría, por eso creo que se trata de un motor anímico-. Sufrir te hace poderoso, porque sobrevivir es saber que no hay quien te tumbe, es saberse mejor que quien no ha sufrido. Sufrir por amor valoriza tu moneda en el mercado y en la posición política. El llanto de una mujer basta para que su pareja –con quien discute- se quede sin argumentos. No hay nada para decirle. El llanto es más fuerte que cualquier palabra. El sufrimiento por amor no te hunde, sino por el contrario te lleva a la gloria y vos lo sabés pero no lo hacés premeditadamente, sino que te sale. El motor psico te hace llorar cuando es necesario y no podes pararlo. Puedo soportar que no me devuelvas el amor que te dí, que te lo quedes, porque de esa manera soy mejor que vos y lo sabés. Como dije antes “Estoy fichando de acuerdo al dolor”, medimos nuestro poder económico o político de acuerdo a nuestro compromiso con la causa amorosa: si nos duele mucho, más poder tenemos, porque de las cenizas, de nuestra muerte en vida,volvemos al juego “(jugando de más...)”. Además, ser el que sufre en una relación amorosa te sirve, porque te da la sensación placentera de haber actuado siempre bien.

“Mi dios no juega dados,” tiene una ley y es justo, nada es azaroso y todo tiene un porque. Si retomo mi idea del motor anímico, por “mi dios” talvez se refiera al inconciente, mientras que el motor psico que me impulsa a actuar son esas pulsiones inconcientes del ser humano. No son azarosas sino que tienen un porque oculto en mis psiquis, y yo actúo (me motorizo a partir de ellas) en el mundo siguiendo sus pautas, las que me susurra al oido. Si bien las causas de mi dios no son azarosas, sí lo es el resultado de mi acción (“quizás... ...esté a mi favor”) puesto que no puedo anticipar los efectos que causo en el otro al actuar.


Buddy


viernes, 17 de junio de 2011

Murales suburbanos





















PINTADA DE MURALES EN UNA CASA RECUPERADA PARA UN CENTRO CULTURAL Y DE RECREACIÓN INFANTIL .
LOS MISMOS SE CONCRETARON EN EL BARRIO PRIMERA JUNTA DE LA CIUDAD DE CORRIENTES.
PARTICIPARON DEL ENCUENTRO MURALISTAS Y GRAFFITEROS DE LAS CALLES DE LA CIUDAD, LOS QUE COLABORARON CON LA INICIATIVA EN FORMA SOLIDARIA.
EL CENTRO FUNCIONA EN ROQUE PEÑA 2172 DE LA CIUDAD DE CORRIENTES.

martes, 14 de diciembre de 2010